Ella solía cantar muy fuerte todos los días a las cuatro de la tarde.
Y silbaba cuando el frío le subía por las piernas en la mañana.
Contaba gotitas de rocío en los girasoles
Y escondía miradas tiernas en miles de rincones para regalártelas más tarde.
Todos los viernes cuando la luna comenzaba a sonreírle a las estrellas
Buscaba en la oscuridad el calor que le quemaba cada
Uno de los lunares de su espalda.
Y veía los ojos brillantes de un hombre
Que le susurraba frases en el oído que ella no entendía.
Pero que tampoco se esforzaba en comprender.
Y es que se sentía bien cuando él le hacía temblar las piernas
La foto me gustó
ResponderEliminarla música por supuesto
el texto es excelente, se nota una evolución en la forma que estás narrando y sobretodo las imágenes casi sinestésicas que me provoca cuando lo leo! te felicito Daniela!
espero que me leas, estoy escribiendo bastante y no solo poemas, sino que cuentos y ensayos, espero que lo leas y me des tu opinión porque es la única forma de crecer
abrazos!